Las enfermedades neurodegenerativas se caracterizan por una disfunción progresiva del sistema nervioso. Estos trastornos son el resultado de la pérdida gradual y progresiva de células neurales, lo que conduce a una disfunción del sistema nervioso. Las enfermedades neurodegenerativas pueden afectar al pensamiento abstracto, los movimientos hábiles, los sentimientos emocionales, la cognición, la memoria y otras capacidades. Entre los factores de riesgo conocidos de las enfermedades neurodegenerativas se encuentran ciertos polimorfismos genéticos y el aumento de la edad. Otras posibles causas pueden ser el género, la educación deficiente, las condiciones endocrinas, el estrés oxidativo, la inflamación, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, los traumatismos craneales, la depresión, las infecciones, los tumores, las deficiencias vitamínicas, las condiciones inmunológicas y metabólicas y la exposición a sustancias químicas. Debido a que la patogénesis de muchas de estas enfermedades sigue siendo desconocida, hay que considerar el papel de los factores ambientales en estas enfermedades. Aunque cada vez hay más pruebas que sugieren que una gran proporción de los casos no familiares están influidos significativamente por factores genéticos, es probable que los factores de riesgo ambientales desempeñen un papel en la etiología de algunas de estas condiciones.