En este texto expondré y comentaré algunas de las prácticas que desarrollan un hacer con el lenguaje inmerso en el terreno de la plástica y cercano a ciertas experiencias musicales. Pero no será tanto el alcance de lo visual, cuanto el desarrollo de lo interdisciplinar, lo que más me interese. Una práctica ya apuntada por los futuristas y desarrollada con mayor rigor teórico en los años cincuenta y sesenta, que provocó la irrupción en todos los ámbitos del arte, de una creación densa, plural y abierta a unos modos de hacer no desarrollados hasta entonces, que han producido y siguen dando unos resultados sorprendentes e inimaginables. Ello permitirá, ya en la segunda parte de este escrito, profundizar y apuntar en dirección hacia una intensificación de la relación entre la escritura, la pintura, la música y el teatro, sugiriendo al mismo tiempo la fusión de la performance con el lenguaje, e intentando con ello abrir nuevas vías prácticas de experimentación en el terreno de la plástica y de la performance vistas sobre todo desde la perspectiva del habla y de la palabra escrita.