La magnitud del impacto de los TCA en la población femenina joven está claramente establecida; no hay duda de que es un asunto relevante y que los esfuerzos deben orientarse a la prevención. Sin duda, una detección temprana puede evitar que la patología se instale provocando secuelas, en muchos casos irreversibles, y lograr una tasa de recuperación mayor. Actualmente, en las universidades convergen jóvenes con su ímpetu característico, pero también con presiones e incertidumbres de todo tipo, por lo cual es muy probable que aparezcan problemas y conflictos de muchos clases; por otra parte, también son un lugar para el aprendizaje y la socialización, sabemos que la influencia de las instituciones educativas rebasa lo meramente académico y que son determinantes en la formación de los estudiantes. Por lo tanto, las universidades y quienes participamos en ellas, tenemos nuestra porción de responsabilidad y es importante ampliar el conocimiento sobre la presencia de estos fenómenos en la población universitaria.