Durante mis múltiples viajes en el pasado, a África y Sud-América, he visto la forma de vivir de sus habitantes. El juego de damas es un medio de salir del aislamiento. En Holanda ya tenemos muchos jugadores africanos, que viven de
ello jugando en diferentes clubes. No solamente sirve el juego de las damas para ganar dinero, también sirve para aumentar nuestra inteligencia en un 25%. Ojalá sirvan mis libros sobre este juego para que los jóvenes de ciertos países salgan de su aislamiento. En esta obra el lector se dará cuenta que tres niños prodigios (Ton Sijbrands, Harm Wiersma y Andreas Kuijken) comenzaron a hacer la vida imposible a los damistas rusos. De esta forma Holanda recuperó poco a poco su hegemonía en el juego de las damas, entre los años 1972 - 1984.